Sotatercept para la hipertensión arterial pulmonar


Durante los últimos 30 años, todos nuestros medicamentos para la hipertensión arterial pulmonar se describieron como vasodilatadores: primero prostanoides (epoprostenol), luego antagonistas de los receptores de endotelina (bosentan, ambrisentan, macitentan) e inhibidores de la PDE5 (sildenafil y tadalafil). Estos medicamentos funcionan a través de diferentes mecanismos, pero todos conducen a la vasodilatación o relajación de los vasos sanguíneos en los pulmones. Desafortunadamente, todos comparten un perfil de efectos secundarios similar: dolores de cabeza, sofocos, congestión nasal, diarrea. El progreso con estas tres familias de medicamentos ha sido notable. Sin tratamiento, la supervivencia media de los pacientes con HAP es de dos a tres años. En estos días, la supervivencia promedio en algunos entornos puede estar más cerca de los 10 años.

A pesar del gran progreso, la supervivencia no es lo que nos gustaría ver: la remisión de la enfermedad a largo plazo. Además, dado que nuestros pacientes ahora viven mucho más, debemos centrarnos en la carga causada por los tratamientos que estamos usando. Por ejemplo, ¿cómo hacen sentir los medicamentos a nuestros pacientes? ¿Qué tipo de efectos secundarios experimentan nuestros pacientes? ¿Cómo afectan nuestros tratamientos a la calidad de vida de nuestros pacientes?

El año pasado publicamos los resultados del estudio de fase II de sotatercept en HAP. En este estudio de 106 pacientes con PAH, un tercio se asignó al azar a placebo, un tercio a dosis bajas de sotatercept y un tercio a dosis más altas de sotatercept. Todos los pacientes recibieron inyecciones cada tres semanas. El punto final primario fue el cambio en la resistencia vascular pulmonar. ¡Los resultados fueron sobresalientes! El tratamiento con sotatercept condujo a una disminución del 34 % en la resistencia vascular pulmonar, mejoró la distancia recorrida y las medidas del rendimiento del ventrículo derecho. Es importante destacar que un tercio de los pacientes del estudio recibían infusiones de prostanoides (epoprostenol, treprostinil) y la mitad de los pacientes del estudio recibían tres terapias específicas para la HAP además del fármaco del estudio.

Sotatercept no solo funcionó muy bien, sino que el medicamento fue bien tolerado. Aunque no se observaron los efectos secundarios típicos de los medicamentos para la PAH, el aumento de la hemoglobina y la disminución de las plaquetas se produjeron con mayor frecuencia con sotatercept que con el placebo. Estos cambios en los resultados de sangre no dieron lugar a problemas clínicos importantes.

Sotatercept se encuentra ahora en estudio de fase III. La inscripción terminó esta semana y estamos esperando ansiosamente los resultados que deberían estar disponibles en los próximos seis a ocho meses. Si el estudio de fase III replica los resultados de la fase II, podemos esperar tener una nueva terapia emocionante en el próximo año o dos.